Tocar el cuerpo implica la escena de la escritura. Por lo menos asi lo va enunciando la autora desde sus lecturas tan diversas: Nancy, Derrida, Freud, Lacan... pero tambien Dufourmantelle, Quignard, Lispector, Barthes, y claro, Nancy. Lo interesante es que ella es la que ha sido tocada en lo mas profundo cuando se puso a disposicion del texto. O sea, de la otra piel.
Este libro lleva la potencia del decir al nivel de la interrogacion, y asi nos conduce a las preguntas impensadas de ese psicoanalisis por venir. Un psicoanalisis que se preocupa, se ocupa y articula el lenguaje primitivo, el tocar, la presencia y y tantos temas que acompañan las reflexiones de su autora, es por fin un psicoanalisis renovado...
Del prologo de Nicolas Cerutti
